por Ilissa B. Ocko y Steven P. Hamburg
El hidrógeno se está convirtiendo rápidamente en un combustible "limpio" que puede contribuir a la transición hacia un sistema energético descarbonizado.
Dada la urgencia de descarbonizar los sistemas energéticos mundiales, los gobiernos y la industria están avanzando en sus esfuerzos por aumentar las tecnologías, infraestructuras y aplicaciones del hidrógeno a un ritmo sin precedentes, incluyendo miles de millones en incentivos nacionales e inversiones directas. Aunque el hidrógeno con cero o bajas emisiones de carbono es muy prometedor para ayudar a resolver algunos de los problemas energéticos más acuciantes del mundo, el hidrógeno también es un gas de efecto invernadero indirecto de corta vida cuyo impacto sobre el calentamiento no está bien caracterizado.